jueves, 31 de enero de 2013
miércoles, 30 de enero de 2013
Día de la PAZ
Hoy celebramos el día de la PAZ.
Esta tarde, a las 15:45, todo el colegio nos juntaremos en el patio para cantar juntos la canción de Macaco "Love Is The Only Way" y formar un mural con pensamientos positivos de PAZ.
Esta tarde, a las 15:45, todo el colegio nos juntaremos en el patio para cantar juntos la canción de Macaco "Love Is The Only Way" y formar un mural con pensamientos positivos de PAZ.
¿CÓMO HACER PARA QUE LOS CHICOS APRENDAN A RESPETAR?
La falta de
respeto se ha convertido en uno de los problemas con los que se encuentran los
padres, las madres y el profesorado en las relaciones cotidianas con los chicos
y las chicas.
Antes a los
padres y al profesorado, por el hecho de serlo y por el papel social que
representaban, los chicos les consideraban figuras de autoridad; igualmente,
cualquier persona adulta gozaba de reconocimiento y respeto por parte de ellos.
El respeto se conseguía infundiéndoles miedo a los chicos, para lo cual
recurrían a la amenaza o al castigo.
Han cambiado
mucho las cosas desde entonces, dado que dicha autoridad, se ha puesto en
cuestión. Ahora, cada padre y cada profesor, si quiere tener autoridad necesita,
en gran medida, ganársela.
El concepto
de respeto también se ha modificado. Hoy lo entendemos como tomar en
consideración al otro, sin importar si tiene cuatro años o setenta.
En la
actualidad hay más recursos económicos, los chicos cuentan con más información
y demandan que se les atiendan unas necesidades que antes apenas contaban:
sentirse tenidos en cuenta, valorados, respetados…
La dificultad
está en que se intenta educar de forma parecida a la de antaño, sin tener en
cuenta los cambios que se han producido y eso genera muchos problemas.
Cuando los
chicos se dirigen a los padres o a los profesores sin respeto, conviene
observar cómo se dirigen estos a los chicos. Las broncas, los gritos, las
descalificaciones o las críticas, no ayudan a tener respeto. Los chicos no
respetan si no se sienten respetados y tienden a responder de la misma forma en
la que son tratados.
Tener respeto
supone colocarse con una actitud diferente ante los chicos para que brote de ellos
lo mejor de sí. Entre lo que se puede hacer está: cuidar el tono de voz;
aprender a poner límites pactados, (estableciéndolos cuando todos estén
tranquilos); esperar lo mejor de los chicos y valorar positivamente sus logros;
solicitar su ayuda y participación para resolver los problemas que se presentan;
o cambiar el mandar por el pedir. (¿Os habéis dado cuenta de la cantidad de
órdenes que reciben cada día: ven aquí, cállate, estudia…?)
Todo esto
conlleva, para los padres, madres y profesorado, la necesidad de incorporar otras
formas de relacionarse con los chicos. De lo contrario, seguirá en marcha el
programa de dominio y sumisión que se aprendió de niños, que entonces
funcionaba, pero hoy tiene pocos visos de viabilidad.
Pepe López
Sánchez, profesor del C.P. J.A. Labordeta y miembro del MRP Aula Libre. Email:
jlopezsanc@educa.aragon.es
miércoles, 23 de enero de 2013
¿POR QUÉ SE NECESITAN LAS NORMAS Y CÓMO ELABORARLAS?
Sabemos que todo grupo humano necesita unas normas, unas pautas para que cada miembro que lo compone sepa a qué atenerse en cada situación.
A algunos padres parece que les cuesta establecer las normas, bien porque consideran a los niños demasiado pequeños y piensan que se irán regulando solos a medida que vaya creciendo, o bien porque poner límites no siempre resulta fácil. Sin embargo, dichos padres necesitan saber que no están ayudando a sus hijos cuando actúan así. Los niños, aunque sean pequeños, precisan unos límites para saber qué les está permitido hacer y, también, qué ocurre en caso de incumplimiento. Los límites y las normas facilitan seguridad al niño, pues le concretan el campo en el que puede moverse. Además las normas sirven para que los niños incorporen determinados hábitos y aprehendan diversas cualidades o valores, como responsabilidad, respeto...
Las normas son una necesidad que los niños tienen y es una responsabilidad de los padres elaborarlas. Si un niño no incorpora determinados límites cuando corresponde, cada vez le resultará más costoso hacerlo y, además, generará más problemas, tanto en casa como en el colegio.
Para que las normas tengan más eficacia conviene discutirlas y consensuarlas entre los miembros de la familia. Los niños necesitan saber el por qué de una norma para que la vivan como algo necesario y no como una especie de castigo. Cuando estén acordadas las normas (o elaboradas por los padres e informados los niños cuando estos son pequeños) estará bien ponerlas por escrito en un sitio visible de la casa, pues al verlas les sirven de recordatorio.
Una vez que se tienen las reglas y las formas de pago viene la parte más complicada: aplicarlas.
No sirve de nada todo lo anterior si los padres no velan por el cumplimiento de las normas y aplican las formas de pago. Si llegado el momento de aplicar una norma los padres se ablandan o dan una segunda oportunidad, sin darse cuenta van camino de una situación peor, ya que han invalidado el plan previsto. Cuando los padres lo intenten de nuevo tendrán que demostrar a sus hijos que ahora sí que va en serio, pues éstos pensarán que si han conseguido saltarse la norma una vez, podrán hacerlo más veces, con lo que las cosas se complican más.
A algunos padres parece que les cuesta establecer las normas, bien porque consideran a los niños demasiado pequeños y piensan que se irán regulando solos a medida que vaya creciendo, o bien porque poner límites no siempre resulta fácil. Sin embargo, dichos padres necesitan saber que no están ayudando a sus hijos cuando actúan así. Los niños, aunque sean pequeños, precisan unos límites para saber qué les está permitido hacer y, también, qué ocurre en caso de incumplimiento. Los límites y las normas facilitan seguridad al niño, pues le concretan el campo en el que puede moverse. Además las normas sirven para que los niños incorporen determinados hábitos y aprehendan diversas cualidades o valores, como responsabilidad, respeto...
Las normas son una necesidad que los niños tienen y es una responsabilidad de los padres elaborarlas. Si un niño no incorpora determinados límites cuando corresponde, cada vez le resultará más costoso hacerlo y, además, generará más problemas, tanto en casa como en el colegio.
Para que las normas tengan más eficacia conviene discutirlas y consensuarlas entre los miembros de la familia. Los niños necesitan saber el por qué de una norma para que la vivan como algo necesario y no como una especie de castigo. Cuando estén acordadas las normas (o elaboradas por los padres e informados los niños cuando estos son pequeños) estará bien ponerlas por escrito en un sitio visible de la casa, pues al verlas les sirven de recordatorio.
Una vez que se tienen las reglas y las formas de pago viene la parte más complicada: aplicarlas.
No sirve de nada todo lo anterior si los padres no velan por el cumplimiento de las normas y aplican las formas de pago. Si llegado el momento de aplicar una norma los padres se ablandan o dan una segunda oportunidad, sin darse cuenta van camino de una situación peor, ya que han invalidado el plan previsto. Cuando los padres lo intenten de nuevo tendrán que demostrar a sus hijos que ahora sí que va en serio, pues éstos pensarán que si han conseguido saltarse la norma una vez, podrán hacerlo más veces, con lo que las cosas se complican más.
Pepe López Sánchez, profesor del CP José A. Labordeta y miembro del MRP Aula Libre. jlopezsanc@educa.aragon.es
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