Este es uno de mis primeros consejos que ofrezco en las Escuelas de Padres y Madres que imparto a diario: debemos aprender de nuestros errores
porque esto nos ayudará a crecer y mejorar cada día como padres y
educadores. Además, nos permitirá eliminar ese sentimiento de culpa que
nos invade porque un error que cometemos es el de querer
responsabilizarnos y culparnos por todo lo que le ocurre a nuestro hijo.
Llegamos a creer que lo bueno que le pasa al niño es mérito nuestro y
lo malo también es culpa nuestra. Ojalá fuera tan sencillo... No todo lo
malo es culpa nuestra. No olvides que siempre tratas de hacer y dar lo
mejor de ti pero no siempre obtienes el resultado que esperas, es
normal. Hemos de tener en cuenta que hay muchas variables que se nos
escapan y jamás debemos perderlo de vista.
Todos
los padres queremos hacerlo bien y queremos lo mejor para nuestros
hijos. ¿Significa esto que siempre lo conseguimos? ¿Siempre acertamos y
lo hacemos bien? Para nada, somos humanos y nos equivocamos a diario.
Por este motivo, el objetivo de pretender ser unos superpadres y querer ser perfectos no es bueno para nadie:
ni para nuestros hijos ni para nosotros. Eliminemos presiones y
exigencias innecesarias. Para conseguirlo precisamos de tres elementos
clave:
- Flexibilidad.
- Tranquilidad.
- Tolerancia.
No
olvides que este elevado nivel de exigencia muchas veces lo
transmitimos y proyectamos en nuestros hijos a los que tampoco les
permitimos que se equivoquen.
Es importante que dediques un tiempo a detenerte y reflexionar sobre
tu acción educativa y de qué forma interactuas con tus hijos. Es una
buena forma de analizar qué estás haciendo bien y qué cosas puedes
cambiar. Esto debemos hacerlo con un enfoque positivo y optimista:
aprovecha los errores como una oportunidad para mejorar. Los errores nos ayudan a aprender y en la crianza cometemos (y cometeremos) errores a diario ya que, como ya he señalado, no existen padres perfectos.
Por
tanto, permítete equivocarte, pierde el miedo a equivocarte y elimina
ese sentimiento de culpa que surge por no hacer siempre bien las cosas
pues nuestros hijos como bien señala Gregorio Luri "tienen derecho a tener unos padres imperfectos".
Y desde esa imperfección podemos y debemos educar intentado hacerlo de
la mejor manera posible cada día. Educar es un reto, una aventura...
disfruta al máximo esta experiencia.
"Un error es valioso si haces cuatro cosas con él:
reconocerlo, admitirlo, aprender de él y olvidarlo"
John Wooden
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